EL PAPEL
REVOLUCIONARIO DE LA PRENSA EN EL MOVIMIENTO OBRERO ANARQUISTA MEXICANO
Dra. Aurora Mónica Alcayaga Sasso
No hay ninguna revolución
externa
Sin una previa revolución
interna
Diego Abad de Santillán
Nunca ningún movimiento
Social ha otorgado a la cultura tanto valor como los anarquistas. Uno de los
objetivos principales de los anarquistas en materia cultural ha sido siempre
incorporar la participación activa del proletariado en la elaboración de su
propia cultura, porque la redención de los trabajadores debía ser obra de ellos
mismos. Para los anarquistas todo hombre vive circunstancias históricas y
sociales determinadas, pero puede también influir en ellas con su voluntad y
sobre todo con su actividad revolucionaria. Sólo dependía de que el proletariado
se instruyera y así adquiriera conciencia de sus potencialidades y derechos
para cambiar el orden social dominante. Para el anarquismo el arte es de todos
y para todos, no hay divisiones entre el trabajo material y el intelectual, ni
abismos que separen a las minorías que piensan y a las mayorías que ayunan[1].
En la Unión Soviética el
poder del Estado estuvo en manos de una burocracia que ejerció el control sobre
todas las áreas de la vida social, donde la difusión de la ideología oficial se
basaba en un marxismo simplificado conocido como materialismo dialéctico y la cultura
popular se convirtió en un decálogo de una burocracia integrada por los
militantes del Partido Comunista que dogmatizaban sobre los principios, las ideas,
la cultura y marginaba al pueblo de la creación artística. Razón por la cual Cornelius
Castoriadis, señaló que “la Unión Soviética no fue más que una variante del
Estado moderno con un poder detentado en forma exclusiva por la burocracia
comunista, que controló la propiedad estatizada e intervino en la economía y en
la cultura, bajo la denominación de socialista. En consecuencia, si la
revolución proletaria no llegó a ser irreversible en los países socialistas, se
debió precisamente a la naturaleza del partido que asumió el poder, ya que los
pueblos del bloque socialista se vieron en la necesidad de destruir los
regímenes socialistas para quitar del poder a los comunistas”[2].
Mientras que en los países
capitalistas, las palabras, los conceptos sobre cultura popular, cada vez más
desgastados y carentes de significado, encubren situaciones económicas
injustas, explotaciones de clases, abusos de poder, que separan aún más a la
cultura clasista de las masas populares. Por un lado, el ghetto de los
ilustrados que participan y disfrutan de los bienes culturales, siempre
minoritarios y elitistas. Por el otro la manipulación desde arriba de una
cultura enajenante que desde los medios electrónicos, se imparte al pueblo.
Pero resulta aún más angustioso, la ausencia de un propósito real de los
partidos de izquierda, para elaborar una alternativa cultural revolucionaria
que configure la cultura del pueblo[3].
En México durante las décadas
del siglo XX y principios del XXI, los estudios sobre el anarquismo y su
estrecha relación con la cultura son relativamente pocos. Tal vez ello se deba
a que a que los archivos de las principales organizaciones obreras
revolucionarias como la Casa del Obrero Mundial y la Confederación General de
Trabajadores, así como de los Grupos Culturales Anarquistas y la producción
hemerográfica de los mismos, fueron prácticamente destruidos. Sin embargo cabe
señalar que la colección de periódicos de estas organizaciones que se encuentran
en el Instituut Voor Sociale Geschiedenis in Amsterdam y que
comprenden los años 1913 a 1930, constituyen un acervo muy importante para el
estudio del sindicalismo mexicano a principios del siglo XX.
Cabe también mencionar la
Colección de Periódicos Anarquistas de Esteban Méndez Guerra, 1911-1969, la Correspondencia
del Comité Internacional de Presos por Cuestiones Sociales en México y otros
países, 1929-1942 y la Correspondencia de Librado Rivera, se encuentran en el
Archivo de Esteban Méndez, en el Instituto de Investigaciones Históricas de la
Universidad Autónoma de Tamaulipas. Otro acervo importante es el que se refiere
a los testimonios de los actores sociales del período, que están en el Archivo
de la Palabra, conocido también como Programa de Historia Oral, donde los
obreros dan cuenta de sus experiencias sindicales y culturales en el movimiento
social anarquista de las décadas veinte y treinta; en el mismo archivo están
los testimonios de los Zapatistas y de los españoles que se refugiaron en
México, a raíz de la guerra civil española. El Archivo de la Palabra está en la
Biblioteca Nacional Manuel Orozco y Berra,
de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de
Antropología e Historia. Por lo mismo causa asombro que aún sean tan pocos los
estudios relativos a este tema, puesto que ningún otro movimiento social puso
tanto énfasis como el anarquismo en el papel de la cultura y educación en la
conformación de la conciencia libertaria del proletariado en general.
El anarquismo a principios
del siglo XX se impregnó de una mentalidad pedagógica que llevo a muchos a
considerar la educación y la propaganda oral o impresa como una de las tareas
fundamentales en la concientización y acciones del proletariado. Los sindicatos
revolucionarios se convirtieron en las nuevas células regeneradoras destinadas
a reemplazar la el orden social dominante y configurar a nueva sociedad,
independiente de los partidos políticos y del Estado, innecesarios para la
futura administración. Solo de esta manera los obreros podían ejercer la
democracia directa de abajo hacia arriba
y confrontarse con los empresarios y con el poder del Estado. Los anarquistas
desligaron el movimiento obrero de la participación partidista. Por lo que es necesario
aclarar que el antipoliticismo de los anarquistas no significaba alejamiento o
indiferencia ante los fenómenos políticos, sino que se oponían a participar en
el juego político de acuerdo con las normas de la sociedad burguesa, lo cual no
significaba renunciar a la lucha política, sino realizarla a través de la acción
sindical directa.
I LA CULTURALIBERTARIA: EL PARTIO LIBERAL MEXICANO Y
LIBRADO RIVERA
Librado
Rivera nació el 17 de agosto de 1864, en el Municipio de Rayón, en San
Luis Potosí.
En 1888 obtuvo el título de maestro de la Escuela Normal Superior en la capital
del Estado. En 1889 fue nombrado director de la escuela pública 'El Montecillo'
de la misma ciudad, en 1890 se casó con Concepción Arredondo. En 1895 fue
designado profesor de la Escuela Normal Superior de la ciudad de San Luis donde
impartió la cátedra de Historia y Geografía.
En 13
de septiembre de 1900, Camilo Arriaga fundó el Club liberal Ponciano Arriaga en
San Luis Potosí. Librado Rivera fue miembro de la directiva del Club. En
febrero de 1901 asistió al primer Congreso liberal como delegado del Club
Benito Juárez de San Nicolás Tolentino de San Luis Potosí, en el Congreso
conoció a Ricardo Flores Magón, produciéndose
desde el principio una gran identificación de ideas que sin duda selló su
amistad para siempre. En el Congreso Ricardo Flores Magón se pronunció abiertamente
contra la dictadura de Porfirio Díaz.
En 1902, en vísperas de la
inauguración del segundo Congreso, Librado Rivera y otros dirigentes del Club
Ponciano Arriaga, fueron arrestados, acusados de "atacar a funcionarios
públicos en ejercicio de sus funciones" y sentenciados a cumplir una
condena de doce meses en la cárcel de San Luis Potosí[4]. Los
potosinos encarcelados fundaron El Demófilo, órgano de oposición liberal
de corta vida. Durante esta prisión Librado recibió el apodo de
"fakir", que lo habría de acompañar durante muchos años, debido a sus
facultades excepcionales de concentración y a su estoicismo.
A principios de 1903, Librado Rivera
viajó a la Ciudad de México, donde llevó a cabo la primera tarea conjunta con
Ricardo Flores Magón en la edición de El Hijo del Ahuizote, esta vez el régimen reprimió a todos los
clubes liberales, a su prensa de oposición y la prisión a sus principales
dirigentes. En enero de
1904, Ricardo Flores Magón se vio obligado a trasladarse a Estados Unidos, para
poder continuar la lucha contra el régimen de Díaz. En 1905 Librado Rivera
viajó con su esposa y sus dos hijos: María del Refugio y Antonio, a St. Louis
Missouri para participar junto con Ricardo en la creación de la Junta
Organizadora del Partido Liberal Mexicano (en adelante JOPLM), así como en la
organización de la plataforma política y militar del PLM, en la formación de
los clubes liberales en ambos lados de la frontera de México y los Estados
Unidos, en la edición de Regeneración, II III y IV época y en la organización de los levantamientos revolucionarios
de 1906, 1908, 1910 y 1911.
En junio de 1908, el PLM se declaró anarquista y en 1910
el periódico Regeneración IV época reflejaba
ya esta orientación. Ricardo
Flores Magón, máximo líder del PLM, señaló que el propósito del
periódico era encauzar el movimiento revolucionario mexicano hacia el Comunismo
Anárquico, como lo demuestran los actos de los compañeros en el campo de la
acción y la propaganda que hace Regeneración.
En 1910 la JOPLM convencida de que la caída del
gobierno de Porfirio Díaz era inminente decidió enlazar las tareas educativas y
culturales de los magonistas con los preparativos revolucionarios de la
JOPLM. Práxedis G. Guerrero, secretario general de la JOPLM,
impulsó la transformación de los grupos anarquistas en Centros de Estudios
Sociales y Propaganda, adheridos a los principios libertarios del PLM, con el
objeto de difundir la propaganda libertaria a través de la prensa de estos
grupos y de Regeneración, la creación
de Bibliotecas y
escuelas obreras que impartirían el programa de enseñanza racionalista de
Francisco Ferrer y Guardia, para lograr la emancipación social de
los trabajadores, destruir los prejuicios raciales, humanizar las condiciones
de trabajo, apoyar la organización de los obreros y campesinos en Uniones,
Ligas o Sindicatos, en ambos lados de la frontera y fomentar la participación
de los mismos en la Revolución Mexicana[5].
Ricardo Flores Magón, afirmó en Regeneración, que el pueblo necesita educación, pero distinta a la educación
oficial, cuyos programas han sido sugeridos o dictados por los interesados en
perpetuar la esclavitud de los pobres en beneficio de los malvados. La
educación de las masas y la unión solidaria de las mismas, deberá estar a cargo
de los trabajadores, porque las transformaciones sociales que se avecinan ya no
vienen de arriba hacia abajo como sucedía antes, sino de abajo hacia arriba y son los sindicatos los verdaderos laboratorios
donde se moldean las nuevas formas de organización social[6].
Ricardo Flores Magón también afirmó que “el cambio en las relaciones de
producción no es lo que determina la modificación de la conducta, ni la manera
de pensar de la gente, sino el proceso inverso, porque mucho antes que se
intente el cambio debe de efectuarse una revolución en las conciencias
colectivas”[7].
Librado Rivera señaló que el
analfabetismo en México crece a pasos agigantados y la culpa principal del
atraso del pueblo la han tenido los gobiernos. De los 290 millones de pesos
presupuestados por el gobierno de Plutarco Elías Calles para cubrir los gastos
del año de 1928, destinó 100 millones para el ejército, y sólo 27 millones para
la instrucción pública. Por lo que el gobierno ha concedido mayor importancia
al sostenimiento del ejército que a la instrucción del pueblo. Para terminar
con los males engendrados por el sistema actual, es necesario implantar
escuelas racionalistas y difundir la propaganda anarquista, para que nutran el
cerebro de los trabajadores mexicanos de luz y conciencia necesaria para llevar
a cabo el derrocamiento del presente sistema social[8].
Francisco Ferrer y
Guardia (1859-1909) uno de los pedagogos catalanes más importantes de
principios del siglo XX, retomó las ideas de los educadores anarquistas y
elaboró un programa educativo basado en una enseñanza racionalista, científica,
integral, antiautoritaria, antidogmática (no religiosa ni tampoco política), sin
sanciones ni obligaciones impuestas, basada en la igualdad real entre ambos
sexos y en una moral fundamentada en la libertad, solidaridad, cooperación, justicia
y en la dignidad humana. Las escuelas debían contar con una biblioteca y un
boletín informativo de la misma. Ferrer fundó numerosas escuelas racionalistas,
una Universidad Popular y la Escuela Normal de Maestros en España. El proyecto
educativo de Ferrer se convirtió en la alternativa radical de la educación
oficial, autoritaria, clasista, domesticadora de conciencias y al servicio de
la clase dominante. Educar en la escuela oficial, según
Ferrer, equivalía a adiestrar y domesticar, porque se había inspirado en los principios
de disciplina y autoridad, para acostumbrar a los niños a obedecer, creer y
pensar según los dogmas que regían la sociedad. Lo que la educación oficial pretendía
era impedirles para siempre pensar de manera distinta a los valores sociales vigentes
y convertir al niño en un individuo estrictamente adaptado a la sociedad
dominante, subordinado a los intereses partidistas de otros hombres y a un
poder político abusivo, que ha dificultado la emancipación humana. El catecismo
laico que impartía el Estado había fomentado el amor a la patria, al nacionalismo y el
odio al socialismo, defendía el parlamentarismo, la sumisión a las leyes, el
orden establecido y el culto a la autoridad.
Respaldando las opiniones
anteriormente señaladas, los educadores Pierre Bourdieu y Jean Claude Passeron,
afirmaron que es ingenuo considerar al sistema de enseñanza de la sociedad
capitalista como generador del cambio social. Si bien es cierto que el sistema
de enseñanza reposa sobre el principio de igualdad, en la práctica ésta es sólo
formal y aparente. La educación tiene la función de asegurar la sucesión
directa de los derechos de la burguesía, ya que por una parte, le confiere a
los privilegiados, el privilegio supremo de no aparecer como privilegiados y
por la otra, convence a los desheredados que ellos deben su destino escolar a
sus carencias de dones y méritos, que son propios a las diferencias necesarias
entre los hombres[9].
Después de sucesivas encarcelaciones,
el 22 de marzo de 1918, Librado Rivera y
Ricardo Flores Magón, fueron acusados de violar la Ley de Espionaje, por haber
publicado el 16 de marzo, un Manifiesto donde se declararon anarquistas y convocaron
a los miembros del partido, a los anarquistas del mundo entero y a los
trabajadores en general, para que se opusieran a los gobiernos burgueses que se
habían involucrado en una guerra que servía a intereses capitalistas[10]. El
Manifiesto enfrentó a la JOPLM con el gobierno norteamericano, quien consideró
la actitud anarquista de ésta como peligrosa para la seguridad del país, Ricardo
y Librado fueron encarcelados en Leavenworth, Kansas.
A
raíz de la muerte de Ricardo ocurrida el 21 de noviembre de 1922, las organizaciones obreras, ex-magonistas y el ex presidente Adolfo de
la Huerta, presionaron al gobierno norteamericano para que liberara a Librado
Rivera. El Departamento de Justicia le ofreció, “el indulto condicionado al
reconocimiento del delito”, pero Librado no aceptó porque no se reconocía
culpable de ningún delito cometido e insistió que sus acciones no eran de
carácter criminal sino de justicia. Finalmente, el 2 de octubre de 1923, la
sentencia de 15 años es conmutada por la deportación a México[11].
Librado Rivera viajó a
San Luis Potosí, para estar con su familia a quienes no había visto desde 1905.
A pesar de encontrarse enfermo y en precaria situación económica, rechazó todo
tipo de ayuda oficial. El Partido de Juan Sarabia, al que pertenecieron muchos
sobrevivientes del Club Liberal Ponciano Arriaga, acordó postularlo para
diputado y la legislatura estatal de San Luis Potosí aprobó una pensión para
Librado, pero él no aceptó ninguno de los dos ofrecimientos; un ex alumno de
Librado, que para entonces era el director de la Escuela Normal de Profesores,
le ofreció las cátedras de Filosofía y Pedagogía, oferta que también rechazó.
Los únicos fondos con los que contaría Librado durante su estancia en San Luis
serían aquellos provenientes de la venta de las obras de Ricardo Flores Magón del
grupo cultural que dirigía Nicolás T Bernal.
En diciembre de 1923,
Librado Rivera, pronunció un discurso en un club obrero de San Luis Potosí,
donde expuso sus ideales anarquistas por los que iba luchar nuevamente junto a
sus hermanos libertarios: “Vamos a luchar
por el establecimiento de una sociedad libre donde el amor fraternal se
desarrollará con la igualdad de oportunidades para todos los seres humanos.
Vamos a abolir la propiedad privada, porque es la base de todas las desigualdades
sociales y de todas las injusticias presentes. Vamos a abolir el gobierno,
creado por la burguesía para defender sus intereses y no los intereses de los
desheredados. Estas son las razones por las cuales estoy ahora aquí, para
luchar, no sólo por la emancipación social del pueblo mexicano, sino también
por todas las razas oprimidas de la tierra, porque el bienestar y la felicidad
de los mexicanos no se puede lograr si el resto del mundo está esclavizado”[12].
En 1924 Librado Rivera decidió
fijar su residencia en el enclave industrial de Villa Cecilia[13] y Tampico
en Tamaulipas, para reiniciar su labor de propaganda junto al grupo de los
Hermanos Rojos. La decisión de Librado Rivera de residir en el enclave
industrial, fue probablemente tomada, antes de regresar a México, y la
elección del grupo de los Hermanos Rojos no
fue casual, sino premeditada, ya que éstos se habían adherido a los principios
libertarios del PLM y habían participado desde 1915 en las actividades
propagandísticas y organizativas de la Casa del Obrero Mundial de Tampico, que
publicó Tribuna Roja y de los grupos Germinal, Vida Libre y Fuerza
y Cerebro, de Luz en México y Horizonte Libertario de Aguascalientes, entre
otros; así como también participaron en la creación de la Federación
Obrera de Tampico, la Federación Comunista del Proletariado Mexicano en 1920
(que incluía anarquistas y comunistas); y en 1921, en la Confederación General
de Trabajadores y la Federación Local de la misma. En 1916 y 1917, apoyaron las
huelgas de en del Distrito Federal y en
el enclave industrial y en 1923 y 1925, la formación de los sindicatos
industriales en las refinerías del petróleo en el enclave.
A principios del siglo XX
la conurbación Villa Cecilia y Tampico en Tamaulipas, se convirtió en un
importante enclave industrial del petróleo a consecuencia de las actividades de
producción y exportación del petróleo. Las refinerías más importantes eran: la
Waters Pierce Company, la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila, la Huasteca
Petroleum Company, la Mexican Gulf Oil Company, la Compañía Mexicana-Holandesa
La Corona, la Sinclair Company, la Texas Company, la refinería La Barra de la
Compañía Transcontinental de Petróleo, de la Estándar Oil Company.
El enclave industrial de Villa Cecilia y Tampico, fue un
régimen de explotación capitalista de los recursos del petróleo, donde la
organización de la producción y del trabajo se desenvolvió con relativa
autonomía frente a los poderes federales y estatales y cuyo único compromiso
con el gobierno mexicano a partir de la revolución, era el pago de impuestos,
por la producción y exportación del petróleo[14].
La génesis, maduración e identidad de la clase obrera de la localidad se
configuró a partir de una compleja red de relaciones sociales establecidas
principalmente por la vecindad, la amistad, el oficio, el trabajo y por
compartir las mismas ideas y principios, a partir de las cuales surgieron
intereses y aspiraciones comunes en la comunidad proletaria, las que expresadas
en demandas y acciones directas determinó la formación de la conciencia horizontal
de los obreros, la creación de sus propias organizaciones sindicales y a la
confrontación con los intereses capitalistas en una lucha de clases
II LIBRADO RIVERA, LOS HERMANOS ROJOS Y LA PRENSA
LIBERTARIA
Para
la mayoría de los propagandistas y sindicalistas libertarios a principios del
siglo veinte, hacer la revolución, era en buena medida, “el manejo
revolucionario de la pluma y de la palabra”. El anarquista español Pío Baroja
reafirmó la misma idea cuando escribió que “la única arma eficaz revolucionaria
era el papel impreso”. El despliegue de una enorme actividad periodística de éstos,
se debió al valor propagandístico de esta actividad y a la fe que tenían en el
poder de las ideas y el arte en la emancipación de la clase obrera[15]. Como
la actividad editorial debía contribuir a la formación de una cultura
alternativa a la dominante, Clara Lida, afirmó que “el discurso impreso
difundido por la prensa anarquista, no debe ser entendido como una cultura
paralela a la hegemónica, ni como una cultura subalterna o subordinada a la
dominante. Por el contrario, se trata del diseño del discurso de una cultura alternativa, que propone y
desarrolla la creación de instituciones de educación e información, distintas
de la dominante”[16].
El grupo de los Hermanos
Rojos, fue organizado formalmente el 12 de enero de 1917, en Villa Cecilia,
Tamaulipas. El 20 de enero del mismo año, el grupo dio su voto de adhesión al PLM
y declaró que sus propósitos eran: “1º Procurar la afiliación de compañeros que
deseen instruirse en los principios del ideal libertario y fomentar la lucha
por la emancipación de todos los obreros, sin distinción de nacionalidad ni
sexo. 2º Establecer una Escuela Racionalista, para todos los trabajadores que
deseen instruirse. 3º Apoyar la labor sindicalista y propagandística en las
organizaciones obrera de Villa Cecilia y Tampico. 4º Establecer contacto con
los grupos anarquistas y las organizaciones obreras revolucionarias en el país
y fuera de éste. 5º Fundar un periódico para difundir las ideas libertarias y
defender los derechos del proletariado”[17].
Los Hermanos
Rojos no solo difundieron los ideales
libertarios en la prensa, revistas o folletos, sino también a través del
teatro, círculos de estudios, conferencias, certámenes literarios, veladas
artísticas y el trabajo en la imprenta. A estos lugares Michel de Certeau los llamó los lugares de la palabra, porque para él «el rasgo esencial de un movimiento revolucionario es la
voluntad de articularse en lugares de la
palabra, donde se impugnan las aceptaciones silenciosas y donde la palabra y la acción se identifican con la repetición de un mismo gesto: impugnación-revolución.[18] Estos
espacios favorecieron también la socialización de las ideas, la organización y
lucha de la clase obrera, convirtiéndose en verdaderos símbolos de resistencia
contra el sistema político y económico imperante. Otros lugares de encuentro
fueron las asambleas sindicales, los mítines, las marchas y las unidades
habitacionales de los obreros.
En 1919 los Hermanos
Rojos, publicaron su primer periódico llamado El Pequeño Grande, que recibió las listas de suscriptores de Germinal
y Vida Libre de Tampico.[19]
El Pequeño Grande, fue llamado así
porque era “pequeño en tamaño y grande en material”. En el primer número del
periódico, publicado el 18 de enero de 1919, el grupo señaló que era un
periódico libertario “porque somos un grupo de trabajadores con ideas
anarquistas, que deseamos luchar por el derrocamiento del actual sistema de
vida, pero para emprender esta dura faena, hemos desechado toda clase de
temores y sólo llevamos por escudo la justicia y la razón”[20].
El 9 de agosto de 1919, Pedro Alfaro, en El
Pequeño Grande, señaló que los propósitos del grupo editor eran: “incorporarnos
a la lucha guiados por nuestra propia conciencia, porque deseamos una vida
mejor y despreciamos el yugo infamante que nos impone una casta degenerada y
perversa que desaparecerá cuando las falanges de esclavos se levanten en una
lucha decidida y franca por el ideal”. El mismo número, también señalaba que “la
destrucción del sistema capitalista será obra de los trabajadores unidos solidariamente
y como no tenéis nada que perder, marchemos a la conquista de nuestras
libertades”[21].
En 1921, las autoridades prohibieron la publicación de El Pequeño Grande.
Los Hermanos Rojos,
publicaron un nuevo periódico, Sagitario
I año, que fue una publicación mensual, y cuyo primer número se editó el 2 de
septiembre de 1922 y el último el 29 de junio de 1924. El editor del periódico en
1922 fue Pablo Guillén y desde 1923 a 1927, Pedro Gudiño. Desgraciadamente no
podemos señalar los propósitos del grupo en esta primera etapa del periódico,
porque contamos con un solo ejemplar que corresponde a 1922, cinco números de
1923 y dos de 1924. Sagitario I año difundió
artículos importantes como “Los desenfrenos de la autoridad”; “La política y
nuestro ideal” y el “Arte y la Libertad”; “EL Frente Único”, en relación al
Partido Comunista Mexicano; “Los obreros del petróleo se organizan”; “El
fracaso de la escuela actual”; la “Farsa política”; sobre la propiedad privada,
la libertad y la justicia, la mentira patriótica y la solidaridad. El periódico
publicó también la correspondencia entre Librado Rivera y Blas Lara sobre la
deportación de Librado a México y en pro de la liberación de los magonistas presos
en Texas y Enrique Flores Magón sobre sus actividades propagandísticas en
México.
En 1924 Librado Rivera se
trasladó a Villa Cecilia, Tamaulipas donde editó dos periódicos
Sagitario (1924-1927) y Avante (1927-1930). En octubre de 1924,
Librado Rivera asumió la dirección informal del periódico que pertenecía a los Hermanos
Rojos, cuya dirección estuvo en manos de Pedro Gudiño. El 22 de agosto de 1927,
el Gobierno canceló el registro de Sagitario.
Avante surgió por iniciativa de
Librado Rivera, pero debido a que se encontraba en la cárcel de Andonegui en
Tampico, por haber insultado al presidente Plutarco Elías Calles; los tres
primeros números de Avante I época,
que correspondieron a los meses de noviembre y diciembre de 1927, fueron
publicados en Monterrey, Nuevo León, editados por el Grupo Avante y financiado
por el Sindicato de obreros del Acero de Monterrey, pero como el periódico fue
hostilizado por la policía de Monterrey, Librado Rivera decidió continuar con
la publicación de Avante II época, en
Villa Cecilia. El primer número de Avante
II época, se publicó el 22 de febrero de 1928 y el 30 de enero de 1930, fue el
último ejemplar, la circulación de Avante
fue prohibida definitivamente el 13 de febrero de 1930. En total, Librado
Rivera publicó 38 números de Sagitario
y 34 números de Avante.
En la Ciudad de México, Librado
publicó su tercer y último periódico al que tituló con el nombre de Paso como un homenaje a Práxedis G.
Guerrero. Paso fue una publicación
mensual de Ideas, Doctrinas y Combate, se publicaron nueve números del 1° de
mayo de 1931 al 1° de enero de 1932.
Estos periódicos difundían
principalmente una literatura de carácter doctrinal y social, que se referían al
mundo laboral. La literatura doctrinal desempeñó un papel nuclear en la difusión
de los ideales libertarios, que valoraban de un modo excepcional la libertad,
la igualdad y la dignidad humana, hasta el punto de regir por criterios morales
las acciones encaminadas a la destrucción de las estructuras opresivas y
clasistas. En los periódicos se publicaban artículos que definían las normas de conducta,
los ideales y aspiraciones de los anarquistas, como por ejemplo: Sagitario publicó “La verdadera figura
del anarquista” y “Quienes somos” de Sebastián Faure y en Avante “Lo que Queremos” de Pierre Ramus.
La literatura de carácter
social tomaba en cuenta las necesidades y aspiraciones de la clase trabajadora,
cuestionaba las condiciones desfavorables de los asalariados, apelaba a la
organización autónoma y autogestiva de los obreros, denunciaba el orden social
existente como injusto y moralmente corrupto, y planteaba la ruptura con este
orden señalando las posibilidades de acción de los obreros para que cambiaran
las condiciones materiales a su favor y proyectaba la imagen de otra realidad
social muy distinta al régimen social imperante. La solución a tanta
depravación era la desaparición del Estado, de la sociedad burguesa y la
creación de una nueva sociedad, alternativa a la existente. La prensa
libertaria pretendía romper con el monopolio cultural que ejercía la clase
dominante sobre la sociedad y sus esfuerzos por conservar este privilegio como
uno de los instrumentos fundamentales de la dominación y explotación de los obreros.
Por lo tanto, los colaboradores de esta prensa, debían coadyuvar a la formación
de la conciencia proletaria, no sólo para el advenimiento de la revolución
libertaria, sino también para que ésta fuese auténtica e irreversible. Se trataba de que los
trabajadores tomaran plena conciencia de su problemática social, asumieran
racionalmente los postulados anarquistas – para luego transformar según esos
mismos postulados - el mundo que los rodeaba.
Es importantes
destacar que las aportaciones de los obreros que escribían en esta prensa eran muy
valiosas por cuanto conocían muy bien la situación de vida y trabajo de la
comunidad proletaria a la cual ellos pertenecían, por lo que se esforzaron por narrar
sus propias experiencias laborales, en un lenguaje sencillo y ameno para que
pudieran ser fácilmente comprendidos por sus lectores. De esta manera
establecieron con éxito un puente de comunicación y recepción entre los que
escribían y los lectores a los cuales se dirigían, no sólo por las experiencias
compartidas entre unos y otros, sino también porque los textos de esta prensa
presentaban usos circunscritos del lenguaje que tenían un origen local y por
tanto una lógica social concreta. Desgraciadamente la mayoría de los que
escribían no titulaban los artículos o usaban seudónimos por temor a las
represalias de
las autoridades.
Algunos historiadores han sostenido
que dada la alta tasa de analfabetismo entre los trabajadores, durante las
primeras décadas del siglo XX, era muy difícil que los periódicos hubiesen
contribuido a la formación de una conciencia proletaria. Pero hay que destacar
que la práctica de lectura de los impresos no era silenciosa ni
individual, sino oral y colectiva. Un lector leía en voz alta o trasmitía con
sus propias palabras, los contenidos de la prensa a un grupo de obreros, en los
círculos de estudio, en las asambleas sindicales o en diversos actos públicos.
Por lo mismo Roger Chartier señaló: “La práctica de la lectura oralizada creó,
por lo menos en las ciudades, un amplio público de lectores populares que
incluía tanto a los semianalfabetos como a los analfabetos, que gracias a la
mediación de la voz lectora se familiarizó con las obras y los géneros de la
literatura compartida más allá de los círculos doctos”. En el mismo sentido,
Margit Frenk afirmó: “dada la importancia que la voz tenía en la transmisión de
los textos, la difusión de éstos no se limitaba a un número restringido de
lectores, sino que se extendía a un elevado número de oyentes. Cada ejemplar de
un impreso era un virtual foco de irradiación, del cual podían emanar
incontables recepciones, ya que la lectura oral servía de base a la memorización
o a la repetición libre. El alto grado de analfabetismo no constituía en
principio un obstáculo para la existencia de un público numeroso: bastaba con
que en una familia o en una comunidad hubiese una persona que supiese leer para
que, cualquier texto llegara a ser disfrutado por muchos”[22].
Sagitario, II año fue primero una publicación semanal (n°s 1 al 10),
luego quincenal (n°s 11 al n° 38) y en Avante
todos los números fueron quincenales, mientras que Paso I año, fue nuevamente mensual. Sagitario II año (incluye los n°s del 1 al 22; III año (los n°s del
23 al 25) y II época (los n° 26 al 38). Los tres periódicos se distribuían
gratuitamente, y para sostenerse económicamente recibían una suscripción
voluntaria (en dinero), de los militantes, simpatizantes y lectores, por lo
mismo los periódicos publicaban en la
cuarta plana un informe administrativo que reportaba los donativos
recibidos y las erogaciones de los mismos.
Los epígrafes que enmarcaron el título de Sagitario, eran de José Fola Igurbide,
G. Carlos Alberts, John Most, G. C, Clemens y los de José Mayo estaban en todos
los números de Avante. En el mismo
periódico aparecía como subtítulo una sentencia de Emma Goldman que decía “Anarquía es la filosofía de un nuevo orden social
no restringida por la ley: teoría que explica que todos los gobiernos de
cualquier forma que sean descansan en la violencia y son por lo tanto injustos
y perjudiciales, así como innecesarios”.
La crisis del petróleo
ocurrida en 1923 y 1925 que dio lugar a una caída abrupta de la producción, el despido
masivo de trabajadores y la movilización de éstos en defensa del empleo, en
consecuencia los obreros de las refinerías se declararon en huelga demandando
la formación de sus sindicatos y el reconocimiento de sus contratos colectivos.
Las huelgas de la Mexican Gulf, de la Corona, la Huasteca y El Águila, fueron
reprimidas por orden del gobierno mexicano lo que significó la movilización
masiva de los obreros. En Sagitario,
los obreros que dieron cuenta de esta situación, fueron: Pedro López, Francisco
Vega Soria, G. Navarrete, Julio Díaz. Librado Rivera, denunció también los actos represivos de la autoridad contra el
movimiento obrero y de manera específica los atropellos cometidos contra
la Huasteca. Otros temas destacados por Librado Rivera en Sagitario y Avante fueron
el despojo de tierra de los Yaquis; el movimiento inquilinario de Herón Proal en
Veracruz; la situación de los campesinos y la reforma agraria. Librado, criticó
los gobiernos de Plutarco Elías Calles y Emilio Portes Gil, a quienes comparó
con Porfirio Díaz, los artículos 27 y 123 de la Constitución de 1917, cuestionó al gobierno mexicano por no aplicar
retroactivamente el artículo 27 de la Constitución, favoreciendo a los
monopolios extranjeros que explotaban los recursos del petróleo y cuyos derechos
adquiridos antes de la revolución fueron reconocidos de manera absoluta; cuestiono
también los proyectos sobre seguridad
obrera; criticó el nacionalismo cultural revolucionario y abordó temas
relacionados con la pobreza, la desocupación y la emigración de los
trabajadores mexicanos a los Estados Unidos.
Como ya lo señalé la
difusión de los ideales libertarios era muy importante en Sagitario y Avante, así
pues Librado Rivera para salvaguardar los principios libertarios en las
organizaciones obreras, deslindo el Comunismo Libertario del comunismo
autoritario, señalando lo siguiente: nosotros somos comunistas porque nuestra lucha tiende a obtener la libertad
económica en beneficio de todos, pero también somos libertarios, porque no admitimos en nuestro seno a ningún gobierno,
aunque éste sea proletario, porque reproducirá bajo nuevas formas la antigua
autoridad y explotación del pueblo trabajador. Por estas razones, los
anarquistas somos enemigos acérrimos del comunismo autoritario. El Estado en
manos del Partido Comunista Ruso es el único que manda, el único propietario de
los medios de producción y el único que conoce las necesidades de su pueblo. La
Dictadura del proletariado en Rusia,
es autoritaria y represiva, en cambio, para nosotros el comunismo, tiene que ser libre como el
amor, es decir, ser anarquista o no existir.
Según Librado Rivera la
libertad, como individualidad y como capacidad de actuación, eran derechos
absolutos de cada ser humano de pensar y actuar, según los dictados de su
propia conciencia y de su propia voluntad; porque eran derechos naturales, inajenables,
impactables, imprescriptibles, ilegislables, anteriores y superiores a toda
ley, y nadie tiene el derecho a legislarlos, ni aún bajo el pretexto de garantizar
la libertad del otro, que no podía
haber libertad, ni igualdad social si no había libertad económica, porque era
la base para la consagración del bienestar social y del derecho a la vida del
hombre y la mujer. Así pues “el derecho a la vida es la satisfacción plena de
todas las necesidades del ser humano y la sociedad tiene la obligación de
asegurarlo para todos. Por lo tanto todos tienen derecho al trabajo, a la
salud, educación y vivienda”. Estos derechos son hoy conocidos y defendidos
como “los mínimos de bienestar”.
Durante
los años 25, 26 y 27, Librado Rivera emprendió una importante y conmovedora campaña
en Sagitario, en pro de la liberación
de sus compañeros y amigos Nicolás
Sacco y Bartolomé Vanzetti. En mayo de 1925, Vanzetti le escribió a
Librado en una carta donde le manifiesta su preocupación por los magonistas
presos en Texas y al final de la misma carta le decía: “deposita en mi nombre una
flor roja en la tumba de nuestro inolvidable Ricardo”. El 23 de agosto de 1927,
Sacco y Vanzetti fueron ejecutados en la silla eléctrica.
Sagitario y Avante
difundieron también la formación, propósitos y actividades culturales y
sindicales de los grupos anarquistas del enclave industrial, al interior del
país y fuera de éste. Los grupos
anarquistas establecieron una red de comunicación interna, que desbordaron
los límites geográficos nacionales. Los periódicos difundieron artículos de los
magonistas de Ricardo Flores Magón, Práxedis Guerrero, Nicolás T. Bernal
(México), Gabriel Rubio y Blas Lara (Oakland, Calif.), Cándido Donato Padua
(Veracruz), Abraham Cisneros (Chihuahua), Telésforo Espinoza (Guadalajara) y
Salvador Medrano (Los Angeles, Calif.).
Los periódicos abogaron por la
libertad de los magonistas presos en Texas desde 1913 y del anarquista
argentino Simón Radowitzky, conocido como el «Mártir de Ushuaia»;
denunciaron el arresto de Enrique Malatesta, por el gobierno fascista italiano,
de los españoles Buenaventura Durruti y Francisco Ascaso, en París y rindieron un sentido homenaje a la muerte de
los magonistas José J. Barragán, William C. Owen.
Resulta también interesante señalar que las frases o pensamientos no sólo enmarcaban los títulos de los periódicos, sino que también todas las páginas estaban sembradas con estas sentencias. A menudo se imprimían en letras cursivas o encuadradas en líneas negras para atraer o captar la atención del lector y para que fueran interiorizados a fuerza de la repetición. Sagitario y Avante, publicaron los pensamientos de Ricardo Flores Magón, Anatole France, Pedro Gori, Máximo Gorki, Víctor Hugo, Pedro Kropotkin, Anselmo Lorenzo, José Prat, Enrique Malatesta, Ricardo Mella, John Most, Max Stirner, Emilio Zola, entre otros. Pero el mayor número de éstos eran de Práxedis G. Guerrero, porque estaban dotadas de un alto poder persuasivo, por ejemplo, “Más vale morir de pie que vivir arrodillado”; “La justicia no se compra ni se pide de limosna; si no se existe, se hace”; “La tiranía no es el crimen de los déspotas contra los pueblos: es el crimen de las colectividades contra ellas mismas” y “El derecho a vivir es el primero de todos los derechos. Para apreciarlo y defenderlo basta la jurisprudencia de la propia conciencia”. El arte iconográfico de la prensa incluyó una verdadera galería de figuras históricas que se habían sacrificado por lo ideales libertarios, por ejemplo “los mártires de Texas de 1913” y “los mártires de Chicago 1886-1887”. Pero la figura que tenía mayor difusión en esta prensa era la de Ricardo Flores Magón tanto así, que resulta difícil hacer un recuento de los poemas, prosas líricas, narraciones y canciones, que se referían a la vida y acciones de Ricardo. Por lo general en estas composiciones se exaltaba la lucha que él había emprendido contra la sociedad imperante, que acabó definitivamente con su vida, pero no así con sus ideas.
La cartelera cultural de
los Hermanos Rojos anunciaba en los periódicos la representación de obras
teatrales, siendo las de mayor éxito: El Sol de la Humanidad y Tierra y
Libertad; informaban sobre la venta de libros y folletos anarquistas a precios
muy accesibles para que pudieran ser adquiridos por los trabajadores; las marchas,
mítines y conferencias.
Los anarquistas
establecieron una importante red de comunicación nacional e internacional a
través de los periódicos y de los viajes de propaganda Los periódicos
publicaban artículos, ensayos, cuentos, novelas cortas, poemas, canciones e
himnos revolucionarios. Pero es muy difícil escoger un criterio que nos permita
determinar en qué momento tal o cual texto dejaba de ser doctrinario para convertirse
en una pieza literaria.
Los artículos de Librado Rivera,
publicados en Sagitario y Avante, fueron difundidos en Alba Roja, de Monterrey (NL.); Horizonte Libertario, de Aguascalientes;
Nuestra Palabra y Verbo Rojo, periódicos de la CGT, en el
D. F., y en Cultura Proletaria, de
Nueva York (NY). A su vez, Librado, difundió en Sagitario y Avante,
artículos de los periódicos La Batalla
de la CGT; La Antorcha, La Protesta y La
Voz de los Tiempos, Buenos Aires, Argentina; The Industrial Worker, Seattle, Washington; The Road To Freedom, Nueva Jersey; Freedom, Londres, Inglaterra; La Voix Libertaire, París, Francia. Librado Rivera también editó una colección completa de Revolución y Regeneración (para que los interesados pudieran leerla en el taller
de ambos periódicos).
En 1927 el gobierno canceló
el registro de Sagitario y Librado Rivera
fue encarcelado y lo mismo le sucedió con Avante
en 1929. Librado señaló “la historia se repite, hoy pesa sobre mi cabeza una
acusación semejante a la que me llevo en 1902 al presidio en San Luis Potosí,
con la diferencia que en tiempos de la dictadura porfirista fui absuelto por
falta de méritos, mientras que hoy se me ha declarado culpable por reincidente.
El 1° de marzo de 1930
Librado Rivera fue trasladado de la prisión de Andonegui en Tampico a la penitenciaría
de la Ciudad de México, tenía 66 años y de los cuatro años que había
permanecido en el enclave industrial había estado 270 días encarcelado. En 1931
y 1932 Librado publicó el periódico Paso.
De todos los artículos que
escribió Librado Rivera en Paso,
destacamos: “Reina la Barbarie en San Luis Potosí” y “Fin del Sistema
Capitalista”. En el primer número apoyó la huelga que los profesores de San
Luis Potosí que exigían el pago de sueldos atrasados y denunciaban las
destituciones y secuestros cometidos por la autoridad en contra de los
profesores. Hacia el final del artículo, Librado señaló: “Nosotros no somos
partidarios de la enseñanza oficial impuesta por el gobierno de este país,
porque sabemos el daño inmenso que le hace a la niñez inculcándole una
enseñanza dogmática, patriótica y chovinista”. En el segundo artículo, comentó la crisis económica que azotaba a los
Estados Unidos, la explicación de Librado es semejante a la del Programa del PLM
publicado en 1906: “El desbarajuste capitalista tiene su origen en el
creciente empobrecimiento de las masas trabajadoras que son arrojadas a la
calle por la máquina que sustituye a la fuerza de trabajo, multiplicando la producción
en favor del capital, y los obreros sustituidos ya no tienen ni ocupación, ni
dinero, por lo tanto, no podrán consumir ninguno de los bienes producidos por
el capital. En la economía norteamericana, paradójicamente, los enormes
excedentes de producción coexisten con centenares de millones de personas
muriendo de hambre”.
En Paso colaboró también
el magonista Cándido Donato Padua (n°s 5, 6 y 7), quien escribió sobre Santana Rodríguez o “Santanón,
líder de la revolución en Veracruz de 1910” y rindió homenaje a las
muertes de Gabriel Rubio y Carolina Santoyo. En muchos artículos del periódico,
Librado Rivera volvió nuevamente la mirada hacia el pasado para rescatar del
olvido la memoria del magonismo, por lo que cabe destacar algunos de estos
artículos como “Todavía viven muchos que conocieron la vida sencilla de Ricardo
Flores Magón”; “Práxedis Guerrero no
fue maderista”; “El ex procurador Harry M. Daugherty fue procesado
por un fraude cometido a su gobierno en cientos de millones de dólares”[23] y en “Aclarando hechos de hace treinta años”, Librado escribió sobre los orígenes
del PLM.
El 19 de febrero Librado
Rivera fue atropellado en San Ángel y murió el 1 de marzo de 1932, el n° 10 de Paso es una circular que da cuenta de la
muerte de Librado Rivera que señala: “Estuvo a la altura de sus amigos Ricardo
Flores Magón y Práxedis G. Guerrero…” ¡Y que caiga sobre su tumba una lluvia
interminable de flores rojas como justo homenaje de la conciencia proletaria!
Sagitario Avante y Paso, junto a otros periódicos
libertarios en México, formaron parte de la mejor tradición de un periodismo
alternativo al de la clase dominante, en la década de los veinte en México y los
Hermanos Rojos en su mayoría olvidados y desconocidos, se enfrentaron a la
sociedad en que vivieron y convirtieron la educación y la cultura, en armas
revolucionarias para lograr la transformación de la sociedad[24].
Los
Obreros del enclave industrial de Villa Cecilia y Tampico, promovieron la
organización libre, autónoma y autogestiva de todos los obreros preservando la
libertad de pensamiento y de acción de sus asociados, se confrontaron con los
empresarios, se opusieron a concertar alianzas con los partidos políticos, ni
confiar en la intervención estatal en la solución de sus conflictos laborales,
sino ejercer la acción directa, deseaban la abolición de todas las
instituciones capitalistas, la comunización de todos los medios de producción,
se pronunciaron a favor de una nueva moral donde predominara la armonía social
y no el predominio de unos hombres sobre otros, su fe en la cultura y educación
como instrumentos de emancipación y su firma creencia de que no existen leyes
que no puedan ser cambiadas por la voluntad de los hombres, si a algunos no les
impidió comprender que si a pesar de todo no podían construir la nueva sociedad
por medio de la revolución, tenían que seguir luchando para conquistar mayores espacios
de libertad e igualdad, mientras que para otros el único camino fue siempre la
revolución y con esa esperanza vivieron.
Considerando el
anarquismo en un contexto totalizador asombra a los investigadores del
movimiento anarquista su flexibilidad y su capacidad de resurgimiento como el
hecho de que no pocos de sus principios fundamentales, al parecer irrealizables
y utópicos en el pasado, son ahora aceptados plenamente en nuestra
civilización. Octavio Rodríguez Araujo señala Un fantasma recorre el mundo, el
fantasma del anarquismo, no del comunismo como afirmaba Marx y Engels en el Manifiesto
del Partido Comunista. Como bien señalaba Bakunin: la destrucción de los
Estados, la aniquilación de la civilización burguesa, la organización libre y
espontánea de abajo hacia arriba por medio de las asociaciones libres la
creación de un nuevo mundo universalmente humano, son ideas que han estado
siempre presentes desde Seattle hasta Génova. El mismo autor también señala que
numerosas asociaciones ciudadanas que no aceptan jerarquías, ni dirigismos en
su organización, ni convenios con los gobiernos tienen mucho de anarquismo[25]. En México
dos importantes movimientos sociales que presentaron características similares fueron
la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y el movimiento estudiantil
#Yo Soy132
En relación con los
principios fundamentales del anarquismo: El
derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, difundidos
por el PLM y Librado Rivera, Olga Pellicer señala que Barack Obama en el
discurso de su segundo periodo presidencial retomó los valores de los fundadores
de la nación americana afirmó: “hace más de 200 años aquellos pusieron en los
documentos fundacionales de los Estados Unidos que todos los hombres son
creados como iguales, que reciben del creador ciertos derechos inalienables y
que entre estos derechos están los derechos a la vida, a la libertad y la
búsqueda de la felicidad, por lo que ningún país puede triunfar cuando a muy
pocos les va bien, mientras que a una mayoría cada vez más grande le va cada
vez peor”[26].
Si Obama no pudo materializar estos principios, la humanidad no puede perder la
fe y la esperanza en lograr para todos, el derecho a la vida, la libertad y la
búsqueda de la felicidad.
Práxedis G. Guerrero, no
vivió para conocer el gran impulso que le dio en 1910, a la creación de grupos anarquistas
que surgieron en Estado Unidos y México, de 1911 a 1930.
Librado Rivera, último
integrante de la JOPLM y los Hermanos Rojos, trabajaron conjuntamente a favor
de la Anarquía, estrechando nuevamente los lazos de militancia entre el Partido
Liberal Mexicano y los anarquistas mexicanos.
Esteban Méndez Guerra
nació el 3 de agosto de 1896 en Concepción del Oro (ZAC), desde muy pequeño
trabajó en las minas de la localidad; en 1914 se vinculó a las milicias
villistas y en 1915 combatió en la batalla de El Ébano; a principios de los
veinte se trasladó a Villa Cecilia y empezó a trabajar en la refinería El
Águila; en 1924 participó en la huelga de El Águila, se integró al grupo de los
Hermanos Rojos y formó el grupo anarquista «Luz
del Esclavo»; fue amigo personal de
Librado y colaboró en Sagitario y Avante;
editó por cuenta propia los periódicos:
La Voz Antifascista (1938-1940) y Ruta
(1940-1943); en 1929 fue encarcelado junto con Librado y torturado por el
General Eulogio Ortiz; a partir de la expropiación petrolera, fue delegado de
la Sección Uno del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República
Mexicana; Esteban murió en un accidente, el 10 de enero de 1979.
Agradezco a los hijos de Esteban
Méndez Guerra, Olga y Esteban Méndez Velarde, quienes me proporcionaron los
periódicos Sagitario, Avante y Paso, editados por Librado Rivera entre los años 1924 y 1932, que
se encontraban en el Archivo Privado de la familia de Esteban Méndez.
Agradezco también al Internationaal Instituut Voor
Sociale Geschiedenis Ámsterdam que me brindó la
oportunidad de conocer los periódicos de las organizaciones obreras y grupos
anarquistas mexicanos de principios del siglo XX y difundirlos en México.
Al Archivo Histórico Alejandro
Topete del Valle, Aguascalientes AGS., donde encontré el periódico Horizonte
Libertario, 1922-1925.
[1] Lily Litvak, Arte, Literatura y Vida Cultural del Anarquismo Español (1880-1913), Barcelona, Editorial Antoni Bosch, 1981, p. 253
[2] Andrea Revueltas, “Fin del Socialismo”, El Financiero, suplemento de Economía, Política y Sociedad, vol. II, n° 68, 7 de enero de 1994, México, D. F., p. 3.
[3] Lily Litvak, op. cit., p. 400
[4]Librado Rivera, "Aclarando hechos de hace 30 años", ¡Paso!, Publicación Mensual de Ideas, Doctrina y Combate, I época, nº 1, 1 de mayo de 1931, México D. F.
[5]Archivo Histórico de la Secretaría de Relaciones Exteriores (en adelante AHSRE) L-E 691, ff. 52-57, Práxedis G. Guerrero, “Impulsemos la enseñanza racionalista” y “Programa de la Liga Panamericana”, Regeneración, Semanal Revolucionario, IV época, n° 5 y 8, octubre de 1910, Los Angeles, Calif.
[6] Ricardo Flores Magón, “En pos de la libertad”, Tribuna Roja, Ediciones del Grupo Cultural, Ricardo Flores Magón, Tomo III, 1925, pp. 19-20.
[7] Carta de Ricardo Flores Magón a Gus Teltsch, Penitenciaría de
Leavenworth, 19 de enero de 1921, en Epistolario
Revolucionario e íntimo, Grupo Ricardo Flores Magón, México, 1925, vol. I, p. 39.
[8] Librado Rivera, “Haz de verdades”, Avante, Quincenal de ideas, Doctrinas y Combate, II época, n° 8, 15 de junio de 1928, Villa Cecilia, Tamps.
[9] Pierre Bourdieu y Jean Claude Passeron, cit., por Jesús Favela Rodríguez en «Las relaciones entre el medio cultural y el sistema de enseñanza: el pensamiento de Pierre Bordieu y Jean-Claude Passeron», Revista del Centro de Estudios Educativos, vol. I, n° 2, 1971, p. 56.
[10] Biblioteca Nacional de Archivos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (en adelante BNAH/INAH) Regeneración, Semanal Revolucionario, IV época, n° 262, 16 de marzo de 1918, Los Angeles, Calif.
[11] Carta de Librado Rivera a Nicolás T. Bernal, Leavenworth, Kansas, 27 de mayo de 1923, IISG 808, Nuestra Palabra, Órgano de la Federación de Obreros y Empleados de la Compañía de Tranvías, I época, n° 2, 5 de julio de 1923, México, D. F.
[12] Librado Rivera, «Manifiesto a los Trabajadores del Mundo», San Luis Potosí, 10 de noviembre de 1923.
[13] Primero se llamó Doña Cecilia; desde el 1° de mayo de 1924 Villa Cecilia y el 11 de septiembre de 1930, Ciudad Madero.
[14] Lorenzo Meyer, México y los
Estados Unidos en el conflicto petrolero, 1917-1942, México, El Colegio de
México, 1981 p. 34.
[15] José Álvarez Junco, La ideología política del anarquismo español (1868-1910), Madrid, Siglo XXI Editores, p. 78.
[16] Clara E. Lida, ¿Qué son las clases populares? Los modelos europeos frente al caso español en el siglo XIX», Historia Social, n° 27, 1997, p. 9.
[17] BNAH/INAH Regeneración, Periódico Revolucionario IV época, n° 255, 24 de marzo de 1917, Los Angeles, Calif.
[18] Michel de Certeau, en La toma de la palabra, Universidad Iberoamericana, Departamento de Historia, 1995, p. 35.
[19] Sagitario, Mensual Sociológico, I año, n° 9, 1 de julio de 1923, Villa Cecilia, Tamps., anunció que los directorios de Germinal y Vida Libre fueron incorporados a El Pequeño Grande.
[20] El editorial “Saludando”, se publicó en El Pequeño Grande, Periódico Libertario, I año, n° 1, 18 de enero de 1919, Doña Cecilia, Tamps.
[21] Pedro Alfaro, “Por un ideal”, El Pequeño Grande, Periódico Libertario, I año, 9 de agosto de 1919, Doña Cecilia, Tamps.
[22] Roger Chartier, “Lecturas y lectores populares desde el Renacimiento hasta la época clásica”, en Guglielmo Cavallo y Roger Chartier (coord.), Historia de la lectura en el mundo occidental, Madrid, Taurus, 1998, p. 426.
[23] ¡Paso!, Publicación Mensual de Ideas, Doctrina y Combate, I época, I época, n° 8, 1 de diciembre de 1931, México, D. F., el Procurador General de Justicia de los Estados Unidos, negó las apelaciones de libertad de Ricardo Flores Magón y Librado Rivera porque «son peligrosos anarquistas que durante sus vidas han sostenido una continuada lucha contra la ley, el orden y el gobierno», Carta de Henry M. Daugherty a Harry Weinberger, 18 de abril de 1921, en Ricardo Flores Magón, Epistolario Revolucionario e íntimo, op. cit, vol. III, p. 77.
[24] El Archivo de la Palabra me permitió recrear las experiencias de vida de los Hermanos Rojos y de muchos miembros de la comunidad proletaria, esto es, su participación en el sindicalismo, sus luchas, sus actividades culturales, sus ideales y principios, como los asumieron y como los defendieron.
[25] Octavio Rodríguez Araujo, Presencia de Bakunin, La Jornada, jueves 26 de julio de 2001, México, D. F.
[26] Olga Pellicer, El derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, Proceso, n° 1891, 27 de enero de 1913.
Dra. Aurora Mónica Alcayaga Sasso
Dr. Rubén Trejo Muñoz